La tecnología puede ser la herramienta para el cambio y el acelerador de proyectos sostenibles en la industria alimentaria. El acceso equilibrado a los recursos, la lucha contra el derroche de alimentos y la promoción de un modelo de consumo sostenible son algunos de los valores que se compartieron durante el evento organizado por Rödl & Partners.
Milán, una ciudad sostenible
Tecnología para apoyar el desarrollo sostenible en la ciudad: la misión de la industria alimentaria. Este es el título del evento organizado por Rödl & Partners, al que asistimos durante la ya lejana Milano Digital Week. Sin embargo, lo que se habló en aquel momento sigue siendo importante.
El acto, moderado por las abogadas Lara Bianchini y Silvia Batello, contó con la presencia de Maria Rosaria Sanno, directora de marketing de Cortilia, Giacomo Stefanini, cofundador y chief water giver de Wami, y Federico Rossetti, City manager de Milán de Too Good to Go.
Milán es una ciudad muy comprometida con la sostenibilidad alimentaria. Desde la EXPO de 2015, la ciudad se ha destacado internacionalmente por su gran activismo y su importante trabajo en la elaboración de sus políticas. De hecho, ha desarrollado una política food policy de la ciudad. Esto se ha elaborado en estrecha relación con los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas.
Cortilia, sostenibilidad y eficiencia
Cortilia es una empresa benefit que se ocupa de las compras en línea de cadena corta, fundada hace unos 10 años. La empresa utiliza la tecnología y los servicios para poner en contacto a los productores sostenibles con los consumidores conscientes, conectando «a las familias del campo con las de la ciudad» – como dice la manager Sanno – en nombre de una cadena de suministro de alimentos más sostenible. Este tipo de cadena de suministro tiene un importante impacto medioambiental desde muchos puntos de vista y en todas las etapas: desde la agricultura hasta la transformación, desde la producción hasta la distribución. El objetivo de Cortilia es crear un sistema eficiente para las personas y respetuoso con el planeta.
Cortilia trabaja con una cadena de suministro corta. Esto significa que el 70% de los productores con los que cuenta son locales. De hecho, vienen de menos de 200 km de Milán. De este modo, los productos no tienen que ser transportados durante mucho tiempo, lo que reduce el impacto del CO2. Así, la empresa crea valor para el territorio, protegiendo la producción no intensiva. De este modo, reduce el impacto medioambiental y consigue una producción sostenible.
Entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas – también conocidos como Global Goals – Cortilia pretende concienciar a las personas hacia un estilo de consumo consciente. Por ello, utiliza productos procedentes de cadenas de suministro no contaminadas. La empresa se ha comprometido a reducir el impacto medioambiental de toda la cadena de suministro, trabajando en sinergia con los productores. Cortilia favorece la agricultura ecológica y a los productores que prestan atención a la biodiversidad y a la ética del trabajo. Pero eso no es todo: además de los objetivos de sostenibilidad medioambiental, también están los sociales.
Por un lado, Cortilia quiere crear una comunidad empresarial inclusiva, que promueva el crecimiento de las personas. Por otro lado, quiere implicar a las partes interesadas, trabajar en sinergia con los socios, los productores y las organizaciones benéficas para crear una red que sensibilice y conduzca a la mejora continua de la cadena de suministro.
Too Good To Go, una empresa sostenible contra el derroche de comida
Too Good To Go es una empresa que nace el el 2015 en Dinamarca, extendiéndose sucesivamente por toda Europa e Italia. La sostenibilidad es su misión y visión desde el momento de su concepción.
Nace para resolver un problema real y ambiental: el derroche alimentario. Un tercio de la comida mundial se desperdicia. Este desperdicio tiene consecuencias, entre las cuales el impacto ambiental. De hecho, el derroche alimentario genera el 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero que deriva de la producción, transporte y eliminación de la comida desechada. Existen también implicaciones sociales y económicas, en efecto, 860 millones de personas en el mundo pasan hambre. En términos económicos, el derroche alimentario vale 1,2 billones de euros.
Too Good To Go ofrece a todos los minoristas, desde la pequeña panadería local hasta la gran distribución, una aplicación para comercializar los alimentos no vendidos. Durante el día, el retailer puede evaluar la cantidad de comida sobrante y venderla a un tercio de su precio original a los clientes que compren la caja mágica a través de la app y acudan físicamente a las tiendas a recogerla.
A nivel europeo, este mecanismo ha permitido ahorrar 50 millones de comidas, estimando que cada caja mágica corresponde más o menos a 2,5 kilos de CO2 ahorrados. Sólo en Italia, en dos años, Too Good Too Go ha salvado dos millones de comidas. El impacto a nivel medioambiental y sostenible es, por tanto, muy relevante. La empresa sigue el duodécimo ODS sobre el desperdicio de alimentos, estableciendo como objetivo reducir el desperdicio de alimentos en un 50% para 2030.
Wami, más agua para todos
Wami es una sociedad benefit que nace con la misión de transformar el hecho cotidiano de beber en algo extraordinario. Cada botella de Wami equivale a 100 litros che son donados a través de proyectos de hidrología llevados a cabo en varios países.
El agua es un recurso cada vez más importante y a la vez más escaso en el planeta.
L’acqua è una risorsa sempre più importante e sempre più scarsa sul pianeta. Esto se desprende de la huella hídrica diaria per cápita, que en Italia supera los 6 mil litros. Otra cifra importante es el número de personas que no tienen acceso al agua, 800 millones en el mundo. Los que carecen de agua son tantos que, si los imagináramos alineados uno detrás de otro, serían tantos que llegarían a la Luna y volverían a la Tierra.
Con su proyecto, Wami une a las familias italianas con las de muchos países del mundo donde el acceso al agua no es tan evidente. Para involucrar a todas las personas que eligen Wami y darles visibilidad de su impacto, la empresa ha creado un código único en cada producto que permite ver inmediatamente qué familia recibe el agua, conocer su historia y ver en qué parte del mundo se encuentra.
La empresa ha realizado 50 proyectos, llevando agua potable a más de 30 mil personas en 3 continentes diferentes. La mayoría de los proyectos se han llevado a cabo en Senegal, Etiopía, Tanzania y Kenia, y hay también algunos que empiezan en Madagascar, porque el agua potable es un problema que afecta a muchas personas en el planeta.
Los beneficios de una mayor accesibilidad al agua potable
El principal impacto, hablando de los ODS, se refiere al objetivo número 6: clean water and sanitation. Pero la actividad de Wami produce impactos indirectos en otras áreas. Entre ellas, está la reducción de las desigualdades, llevando agua potable a los lugares donde falta. Otro impacto importante se refiere a la calidad de la educación. A menudo son los niños y las mujeres los que tienen que encargarse de ir a buscar agua. Una fuente potable cerca de casa permitiría a los más jóvenes asistir a la escuela y a las mujeres emanciparse y dedicarse a otras actividades.
La disponibilidad de agua potable aporta beneficios en términos de ahorro de CO2. De hecho, en muchas zonas del mundo, para tener agua potable es necesario hervir la que hay con madera o carbón. Y esto conlleva muchas emisiones de CO2. La empresa ha estimado que con los proyectos realizados hasta la fecha en el mundo se han ahorrado unas 18 mil toneladas de CO2. Esto equivale más o menos a 3 millones de árboles. Por ello, Wami trabaja para ser un agua más humana y sostenible y llevar el agua al mayor número posible de seres humanos.
El impacto de la tecnología en la industria alimentaria
La tecnología no tiene inconvenientes dentro del proyecto de Wami. En cambio, existen aspectos positivos, como la capacidad de dar transparencia y visibilidad inmediata. De hecho, desde el principio la tecnología era importante para demostrar inmediatamente el impacto generado por la elección de comprar una botella de la marca.
Cada botella tiene un código que permite el acceso al portal comunitario, como ya se ha mencionado. De este modo, podrás conocer a otras personas, entrar en contacto con otras culturas y ver cómo, con la compra de la botella, estás contribuyendo al proyecto.
Federico Rossetti, city manager de Too Good To Go, dice que lo digital ha sido fundamental para la empresa que ha basado su negocio en una app. También, el Digital, ha permitido crear una comunidad que hace del desperdicio de alimentos y la sostenibilidad un tema del que hablar y debatir.
Por lo tanto, la tecnología es fundamental para la empresa, pero al principio era un obstáculo. De hecho, el uso de la app para comprar comida fue una barrera tecnológica que no fue fácil de superar, pero la mayor aceptación de Too Good To Go y el empuje digital provocado por la pandemia hicieron que esta barrera se redujera.
Cortilia y el Digital
Cortilia es una empresa que nace con la idea de crear un e-commerce de frutas y verduras. En aquel momento, la idea de comprar fruta y verdura en una plataforma online era pionera, especialmente en Italia, donde existe una gran cultura gastronómica y la compra y elección de alimentos se convierte en una experiencia sensorial difícil de sustituir. Por eso los italianos suelen preferir la tienda física.
La compra de alimentos a través de plataformas digitales suele utilizarse cuando no se tiene tiempo, como una compra de emergencia. Sin embargo, la gente se está digitalizando poco a poco, un fenómeno acelerado por la pandemia. De hecho, una compra en línea permite salir menos y reduce el riesgo de infección.
La ventaja de lo digital es dar visibilidad a los productores de las campañas ante una amplia audiencia. Cortilia hace de la transparencia y la visibilidad un punto clave. De hecho, en la plataforma se ofrece información específica tanto de los productores como de los alimentos.
La tecnología también ayuda a la gestión logística. La empresa hace uso de algoritmos que le permiten predecir lo que va a vender. De este modo, pueden pedir la cantidad adecuada a los productores. Estas previsiones también se comparten con los agricultores para que puedan planificar mejor su producción. De este modo, los excedentes de alimentos se reducen al máximo, teniendo un excedente medio del 1% que se dona íntegramente al Banco de Alimentos.
El desarrollo sostenible dentro de la comunidad
Para Cortilia, como empresa benéfica, es muy importante generar un impacto positivo y sostenible en apoyo de la comunidad. Entre las iniciativas puestas en marcha por la empresa se encuentra la versión especial del Black Friday, denominada Fair Friday. Se trata de un descuento simbólico que Cortilia paga en los productos alimenticios de las empresas que emplean a personas desfavorecidas o que financian con su trabajo proyectos sociales. De este modo, dan visibilidad y estimulan la labor de las empresas que generan un impacto social positivo.
Durante la pandemia muchas actividades se ralentizaron debido a las medidas de contención. Muchos productores, además de vender a Cortilia, trabajan con la restauración y, dadas las restricciones, se encontraron en crisis. La empresa trató de ayudar a estos productores, creando escaparates y actividades promocionales puntuales, impulsando así las ventas.
Cortilia también apoya la investigación científica para la lucha contra el cáncer. Lo hace promoviendo una dieta saludable que contribuya a la prevención. La empresa crea escaparates en la web para recaudar fondos y dar a conocer a los clientes los alimentos recomendados para la prevención.
Los excedentes de la empresa, como ya se ha dicho, se donan al Banco Alimentare, que los recoge cada semana.
Desde hace algunos años, Cortilia participa en el proyecto «Benvenuti nella casa delle coccole» (Bienvenidos a la casa de los mimos), puesto en marcha por el Ayuntamiento de Milán. El objetivo de la iniciativa es llevar a los hogares de todos los niños recién nacidos que viven en la ciudad un paquete de regalo con productos para su salud y bienestar.
Crear impacto en la sociedad
Too Good To Go crea un impacto en la sociedad al dirigir su negocio no sólo a las grandes cadenas sino también a las tiendas de barrio.
La empresa también ha creado un proyecto de concienciación contra el derroche alimentario, yendo a hablar a colegios y universidades. La idea es crear itinerarios educativos en las escuelas primarias y secundarias, para que los niños tomen conciencia de la gravedad del problema desde una edad muy temprana. De este modo, las nuevas generaciones serán conscientes de cómo actuar y de lo que es correcto hacer.
El Pacto contra el Desperdicio Alimentario ha sido lanzado recientemente en Italia por Too Good To Go. Se trata de una alianza entre empresas, supermercados y consumidores, con el objetivo de reducir el desperdicio de alimentos en los próximos tres años con acciones e iniciativas concretas en todos los niveles de la cadena alimentaria. Por ello, la empresa promueve muchas iniciativas para no quedarse en una simple aplicación que lucha contra el desperdicio de alimentos, sino que intenta crear algo que vaya más allá.
Wami también procura sensibilizar a la comunidad participando en asambleas en las escuelas para contar lo que significa tener una huella hídrica y cómo se puede reducir concretamente el desperdicio de agua. Dar acceso a un agua potable justa en el mundo significa ser un ciudadano responsable.
Además, desde la creación de la empresa, Wami ha plantado árboles en el Parque Norte de Milán, invitando a los clientes B2B y a los consumidores finales. «Son pequeños gestos que, si se incorporan a nuestra vida cotidiana y a la forma de hacer las cosas de todas las empresas, pueden marcar la diferencia a largo plazo», afirma el cofundador de Wami.
[TRADUCCIÓN]