El humanismo digital
El pasado era analógico, el futuro es digital. Esto es, por supuesto, una simplificación. Sin embargo, es indicativo de una fase reciente en la que los incipientes procesos de digitalización del patrimonio cultural presagiaban escenarios inéditos. Sin precedentes para los académicos y las instituciones de conservación. Inédito también para un público cada vez más amplio de no especialistas, proyectado a golpe de ratón en patrimonios inmensos, que siempre han estado restringidos al uso presencial. Se trata de textos, imágenes y recursos audiovisuales. Objetos clásicos de interés en la investigación humanística, ahora sometidos a los métodos, herramientas y lenguajes de las disciplinas informáticas. Esta intersección disciplinar es la columna vertebral de las Humanidades Digitales, un campo de estudio que se ha consolidado al mismo ritmo que la institución de programas de formación e investigación universitaria.
La innovación al servicio de los operadores culturales
También en Italia, en los últimos años, se ha producido una sucesión de titulaciones interdepartamentales con este título. Estos cursos están dirigidos a la formación de una nueva generación de profesionales que trabajan en el ámbito del turismo cultural, la comunicación digital, la industria creativa, los servicios museísticos, los archivos y las bibliotecas. El enfoque teórico-práctico tiene como objetivo procesar y difundir una gran cantidad de información sobre el patrimonio histórico, artístico y paisajístico. La atención se centra en las tecnologías digitales para la adquisición, los metadatos y la conservación de los recursos. El objetivo es desarrollar aplicaciones y sistemas para la gestión y restitución de datos relativos a una gran variedad de fuentes: obras de arte, elementos arquitectónicos, fondos de archivo, unidades bibliográficas, zonas arqueológicas y bienes demoetnoantropológicos.
Los estándares de referencia se basan en normas, métodos y terminología establecidos por el Instituto Central de Catalogación y Documentación: «el aspecto tecnológico, en sus distintas declinaciones funcionales -producción, gestión y valorización- se aborda con proyectos que se ocupan de los flujos de producción de datos, su conservación, actualización y transformación digital. El aspecto de la valorización se aborda mediante la investigación y el desarrollo de aplicaciones destinadas a la amplia difusión del conocimiento, así como el desarrollo de protocolos de interoperabilidad que favorezcan el intercambio de datos sobre el patrimonio artístico y cultural».
Cómo cuestionar nuestro patrimonio cultural
La reflexión sobre el estatus epistemológico de las humanidades digitales no ha cesado. Por el contrario, refleja una extensión de su uso a múltiples campos del conocimiento. Cada vez hay más conciencia de que el acceso digital al patrimonio cultural es un requisito previo para un uso más amplio del mismo, pero no es suficiente. Entrar en el taller de un zapatero y disponer de sus herramientas no es suficiente para reparar tus propios zapatos: sigue siendo necesaria la mediación de un especialista, alguien que conozca «las cuerdas». Esto también es cierto en las humanidades. ¿Cómo puede un becario en su primer día en la sala de estudio de un archivo proporcionar información a un usuario sin tener al menos un inventario o conocimiento del patrimonio documental allí almacenado? Las herramientas para interrogar a las fuentes siguen siendo indispensables. Pero aquí viene un reto más: la inteligencia artificial es necesaria para interrogar a las fuentes de una manera nueva, de una manera que no podríamos haber hecho antes.
Piensa en el proyecto San Jorge en Bicicleta, en el que participan el Barcelona Supercomputing Center y Europeana. El sistema de inteligencia artificial ha sido entrenado para identificar la relevancia artística, describirla y clasificarla, incluso en su contexto histórico. Se examinaron miles de obras. Las descripciones son precisas en detalle y, gracias a la formación continua, producen análisis automáticos. El uso de modelos de visión por ordenador y de lenguaje natural permite detectar objetos en imágenes nunca antes vistas, estableciendo múltiples conexiones simultáneas. El disfrute del patrimonio artístico ha sido reimaginado desde la base, prometiendo rutas de acceso al patrimonio cultural hasta ahora inexploradas.
Infraestructura intangible
La misión 1 del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia tiene como objetivo apoyar la recuperación productiva aprovechando los procesos de innovación. Uno de los objetivos es «aumentar el nivel de atractivo del sistema cultural y turístico del país mediante la modernización de las infraestructuras tangibles e intangibles». En concreto, la primera medida de la Misión 1 del PNRR prevé la financiación «de la digitalización, la accesibilidad y la reducción del impacto medioambiental de los recintos culturales». El principal ámbito de intervención será el de las plataformas digitales y las estrategias de acceso al patrimonio cultural. Se trata de herramientas y dispositivos para aumentar, organizar, integrar y conservar el patrimonio digital de archivos, bibliotecas y museos. El objetivo es ofrecer nuevas formas de utilizar el patrimonio, mejorar la oferta de servicios y desarrollar infraestructuras de gestión de recursos digitales. Estas perspectivas de trabajo están en consonancia con los procesos ya desencadenados por la difusión de las humanidades digitales. El PNRR pretende convertirse en un instrumento de apoyo a las transformaciones en curso. El horizonte sigue siendo el mismo: promover el acceso a la cultura, en todas sus formas, para todos los públicos.